LA ESCALERA

Simbólicamente la escalera nos permite ejemplificar el nivel de nuestra relación personal con Dios, porque muchas veces nos encontramos con dos alternativas posibles.

Algunas veces nos encontramos espiritualmente alejados de Dios y entonces tenemos la sensación de que estamos descendiendo por escalones que nos apartan cada vez un poco más del Creador.

Estas ocasiones son las que se producen cuando estamos pasando un tiempo de confusión o de pruebas que no comprendemos y que nos colocan en situaciones difíciles que no sabemos afrontar.

También nos sucede que en determinados momentos nuestra relación con Dios se incrementa cada día y entonces subimos por los escalones imaginarios y nos acercamos al Trono de la Gloria.

Estos ascensos y descensos podríamos considerar que son normales en la vida de los creyentes, porque continuamente estamos experimentando las tribulaciones y la alegría que son propias de los seres humanos.

Estos cambios nos deben hacer reflexionar acerca de cómo es nuestra vida espiritual, cómo y porqué permitimos que la influyan demasiadas cosas del mundo.

No es bueno que seamos influenciados por nuestras circunstancias porque nos arrastrarán a descender los escalones de la fe, en lugar de subir hacia el Creador.

Juan 16:32-33
Diego Acosta García

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