LA FIESTA DE LAS CABAÑAS

En estos días el pueblo judío celebra la Fiesta de los Tabernáculos o de las Cabañas o la Fiesta de Sucot, a la que nosotros debemos adherir con júbilo pues somos coherederos de las promesas del Señor a Abraham.

Esta fiesta tiene la singularidad que determina que todos los participantes deben vivir en precarias cabañas durante siete días, para recordar el tiempo pasado en el desierto por los judíos al salir de Egipto.

Es por tanto una fiesta de alegría, de reconocimiento a Dios por haber otorgado la libertad a su pueblo y también de agradecimiento por los frutos de las cosechas pasadas.

Si pensamos en nuestra vida personal, también debemos de alegrarnos por haber sido liberados de la esclavitud del pecado y también debemos de alegrarnos por todo lo que el Señor nos ha dado.

Y también podríamos pensar sobre porque está fiesta se debe celebrar en el comienzo del otoño y no en la primavera? Qué razones tiene Dios para que esto sea así?

Seguramente nuestra lógica entendería que vivir durante siete días en una cabaña más que precaria, lo más natural sería hacerlo en primavera y no en otoño, cuando se insinúan los primeros fríos y las primeras lluvias.

Dios quiere enseñarnos acerca de la precariedad de todas las cosas en las que confiamos, en todo aquello que creemos que es bueno para nosotros, para que aprendamos a entender que confiar solo en ÉL es lo único importante para nuestras vidas.

Levítico 23:41-42
Diego Acosta García

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