LA PEQUEÑEZ

Una fuerte tormenta con lluvia, nieve y sobre todo con ráfagas de viento de gran intensidad, provocó una serie de problemas e incluso hasta la pérdida de vidas.

A pesar de las circunstancias decidimos mantener el rumbo de nuestro viaje, soportando inclemencias que nunca habíamos visto.

Fue entonces cuando percibí varias circunstancias que estaban relacionadas con mi propia vida y que tenían su reflejo en la fuerza de la naturaleza.

Resultó evidente que no había nada que por su tamaño pudiera enfrentar a los vientos de fuerza notable. Y por supuesto, sufriendo con más impacto sus embates los más pequeños.

Del mismo modo que tanto la lluvia como la nieve, pueden afectar de manera considerable la movilidad y la propia existencia.

Es así como me sentí pequeño, muy pequeño, tal vez demasiado pequeño, porque los embates que duraron horas, solamente eran superados por la Gracia que preservó a miles de personas que se desplazaban.

Cuántas veces he sido cuidado sin advertirlo! En estas circunstancias, el Eterno me estaba mostrando que solamente por su Misericordia, muchas veces podemos superar las adversidades de la naturalezas…y las otras.

Comprender nuestra pequeñez, contribuirá a combatir nuestro orgullo y vanidad y acercarnos y depender aún más al Dios Todopoderoso!

Mateo 18:14

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Mateus 18:14

Assim também não é vontade de vosso Pai,

que está nos céus, que um destes pequeninos se perca.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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