LA RUTINA TAN TEMIDA

En un determinado momento sin causa ninguna, advertimos que estamos viviendo sumergidos por completo en la rutina, y que cada día es igual al anterior y posiblemente similar al de mañana.

Puede ser que esto en principio nos produzca una cierta sensación de seguridad, el saber que todos los días iguales, por lo que significaría que tenemos nuestra vida controlada.

Y en este caso nos preguntamos: Controlada para qué o por qué? Y bien puede ocurrir que entonces advirtamos que no tenemos una respuesta concreta, ni siquiera aproximada.

Lo cierto que la rutina es casi por definición la costumbre de hacer algo habitualmente sin ninguna razón especial, a lo que podríamos agregar sin ninguna motivación en especial.

Ante esta situación deberían sonar todas nuestras alarmas interiores, porque si estamos viviendo rutinariamente, nos estamos perdiendo los mejores momentos de la vida.

Aquellos momentos en los que vivimos porque sabemos que tenemos un propósito, porque sabemos que podemos servir a los demás, porque sabemos que nuestra vida es preciosa!

Solamente alcanzamos esa plenitud, cuando nos olvidamos de nuestra propia vida y sus circunstancias y pasamos a formar parte de quienes ponen todo su esfuerzo para ayudar a los demás.

En ese momento también advertiremos que ya no estamos alejados de Dios, que hemos vencido a la rutina que es uno de los peores enemigos que podamos enfrentar.

Marcos 9:49
Diego Acosta García

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