LA SEGURIDAD


Cuenta una especie de leyenda familiar, que mi bisabuela o quizás una tatarabuela, tuvo una actitud que ha quedado para la memoria de quienes somos sus descendientes.

Un día hubo un terremoto en una lejana población a una altura importante en la Cordillera de los Andes. Los familiares le pidieron a la anciana que abandonara rápidamente la humildísima vivienda que habitaba.

Ella a pesar de los reclamos de sus parientes se negó a hacer nada con un sencillo argumento: Lo mismo ha de ser, adentro que afuera… y para desesperación de quienes presenciaban la escena permaneció en el interior de su casa.

Creemos que nadie podrá asegurar que esta anciana fuera creyente o que no lo fuera, sin embargo de sus palabras se desprende una firmeza y una convicción admirables.

Ella sin ninguna duda creía que había alguien superior que determinaba todas las cosas y por eso pensó, que si le había llegado la hora de morir por el terremoto, lo mismo sería adentro que afuera de su casa.

La primera vez que escuchamos esta historia nos causó un gran impacto al pensar en esa anciana que en la lejanía donde vivía, tuvo la serenidad para actuar de esa manera.

En la hora de las grandes decisiones es necesario que pensemos, como lo hizo mi lejana parienta, que un Ser superior gobierna todo y que ese Ser superior nos ha elegido para que seamos sus hijos.

Salmos 71:5
Diego Acosta García

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