LOS FALSOS PROFETAS (2)

Cuando los discípulos fueron advertidos sobre los peligros de estas personas, recibieron indicaciones acerca de las distintas formas en las que operan en la sociedad.

Muchas veces nos costará reconocerlos porque utilizan un lenguaje muy lleno de florituras y por supuesto muy atractivo y por lo tanto nos quedamos como si estuviéramos frente a pompas de jabón.

Pero el peligro de los falsos profetas es tan real como lo enseñó Jesús, porque desde siempre están al acecho de quienes viven con poca atención hacia las cosas que los rodean.

Cada día más facilitamos con nuestra frívola actitud casi contemplativa, la acción de quienes viven para destruir, para crear discordia y para afectar a la Iglesia del Señor.

No podemos pensar que el enemigo está lejos de nosotros, por el contrario quizás lo tengamos más cerca de lo que nos podamos imaginar y por tanto es nuestra responsabilidad escudriñar todo para quedarnos con lo bueno.

Los tiempos que corren nos someten a fuertes presiones que puedan llegar a perturbar nuestras emociones o sentimientos, en cuyo caso podríamos ser víctimas propicias.

Estamos en la hora de la Verdad, de la personal y de la colectiva como congregación, es también el tiempo en el que debemos estar más que alertas contra la obra destructora de las falsos profetas.

Mateo 7:15
Diego Acosta García

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