LOS POBRES

La Palabra de Dios hace varias menciones a los pobres y en forma especial a la necesidad que tenemos de cuidarlos, de tener por ellos lo que tanto se nos reclama: Amor y misericordia.

Frente a esta proclamación en defensa de los más débiles es importante considerar como los mira la sociedad, el trato que les concede y sobre la actitud que tiene hacia ellos.

Es muy difícil ser pobre en estos tiempos que vivimos, aunque pueda decirse que ser pobre siempre ha sido difícil en cualquier época y en cualquier lugar del mundo.

Es probable que sí, pero reafirmamos que quizás como nunca los pobres molestan a la sociedad, son hombres y mujeres perturbadores en un mundo donde prevalece la vocación por el éxito, el triunfo.

Esto nos recuerda una anécdota muy densa, porque tuvo por protagonista a la dueña de una empresa y una de sus empleadas. La dueña la agredió malamente con relación a su maternidad.

La joven empleada lloró en forma desesperada ante lo que acababa de escuchar con relación a su embarazo. Y vino palabra de sabiduría: No llores por tí, llora por ella, porque lo único que tiene es dinero.

Jesús amó a los pobres, los cuidó, les dio cobijo espiritual y nos encomendó que deberíamos hacer lo mismo. Recordemos que no es una sugerencia, sino un mandato espiritual de primer orden.

Proverbios 14:21
Diego Acosta García

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