NO AL TEMOR

Generalmente utilizamos distintas palabras para expresar una idea, pero en el caso del miedo y del temor, no son sinónimos y por tanto no representan lo mismo.

El miedo está relacionado con lo físico, con el dolor que podamos sufrir corporalmente o con lo que nos pueda pasar en una situación problemática pero siempre relacionada con nuestra integridad.

El temor tiene otro carácter y está relacionado con la inquietud que nos producen determinadas situaciones que nos puedan afectar no en lo físico sino en lo espiritual.

El temor se hace mayor cuando se trata de enfrentar a situaciones que son difíciles de entender, como cuando nos enfrentamos con fuerzas ocultas o poderes que sabemos que existen pero que no podamos ver.

El miedo se relaciona como lo opuesto a la valentía, que se dice que es una forma superior del miedo. El temor está relacionado con la confianza que tengamos no en nuestras fuerzas sino en el propio Dios.

Por eso somos reiteradamente advertidos de que no debemos temer, porque mayor es el que está con nosotros que los que están contra nosotros.

Esta verdad espiritual nos debe acompañar en cada momento de nuestra vida, cuando nos tengamos que enfrentar a las fuerzas ocultas que siempre serán derrotadas por el Poder Soberano de Dios.

Proverbios 14:26
Diego Acosta García

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