NO NOS HAGAMOS ÍDOLOS

El pueblo hebreo en numerosas ocasiones fue reprendido por Dios por haberse hecho ídolos, cuestión fundamental que el Eterno planteó con relación a que Él es el Único Dios.

Esta prohibición de carácter perpetuo parece no tener una excesiva importancia en nuestra forma de vivir, por cuanto nos hacemos ídolos de forma permanente.

La idolatría forma parte de la naturaleza humana, puesto que necesitamos tener imágenes a las cuáles adorar y rendir pleitesía, no obstante saber que no podemos caer en ritos paganos.

Nuestra primera reacción será negar que haya alguna forma de idolatría en nuestras vidas. Pero estamos en lo cierto? El culto al cuerpo no es una forma de idolatría?

Y el culto al dinero, a la posición social, a los grandes templos, a los dogmas o a las doctrinas o teologías que tergiversan la única fuente original de nuestra fe que es la Palabra de Dios?

No son esas formas de idolatría? Dediquemos unos minutos a escudriñar nuestro interior y advertiremos las necesidad que tenemos de arrepentirnos y de pedir perdón por nuestro pecado.

Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, pero espiritual. Por eso la práctica pagana de adorar figuras hechas por los hombres, es un desafío al Eterno. Una rebeldía que no quedará impune.

Levítico 26:1
Diego Acosta García

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