PERSEVERAR

Un misionero contaba las horas difíciles y amargas que le había tocado pasar en los primeros tiempos que pasó en el país adonde había sido enviado.

Contó que en varios momentos pensó en desistir porque las circunstancias que estaba viviendo lo afectaban emocionalmente, al punto de llegar a sentirse angustiado.

Sin embargo, un día comenzó a pensar en varias cuestiones. Una de ellas era que a pesar de todo nunca había pasado hambre ni había dejado de tener un lugar donde dormir.

En realidad todo lo que le sucedía tenía mucho que ver con la seguridad que deseamos tener los hombres con relación al futuro, esa seguridad de saber lo qfuturue va a ocurrir.

Esa falta de seguridad tan humana como mundana estaba afectando su relación con Dios, porque al reclamar seguridad se estaba apartando del Eterno.

Cuando el misionero comprendió lo que le estaba pasando, decidió dar un paso de firmeza y abandonar esos pensamientos angustiantes y se volcó por completo a su trabajo.

Si era misionero debía comportarse como misionero y confiar plenamente en el cuidado que el Señor brinda a los suyos y mucho más cuando están llevando el mensaje de Salvación.

La cuestión era perseverar y confiar en el propósito que sabía que Dios tenía para su vida y que su única preocupación debía ser servir a quienes todavía no habían escuchado la Palabra.

Hechos 11:23
Diego Acosta García

Deja una respuesta