SÉPTIMO MILENIO: LA CUESTIÓN HOMOSEXUAL

La repercusión que tuvo la información proporcionada por un ex jugador de la selección alemana de futbol, de que era homosexual, fue acompañada por otra.
La de que dos primeros ministros de países miembros de la Unión Europea también son homosexuales. Pareciera que esta clase de anuncios son un buen síntoma para la sociedad.
Quienes pretendemos vivir bajo lo establecido por Dios, debemos una vez más reflexionar sobre la cuestión de los hombres y las mujeres que mantienen relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.????????
Las posiciones rotundas son las que más ayudan a dejar establecidos los principios que defendemos y con los que tratamos de guiar nuestros actos. Aunque no siempre lo consigamos.
Recordemos: Dios creó al hombre y luego creó a la mujer. Hombre y mujer. Génesis 1:27. Para qué creó Dios al hombre y la mujer? Para que fructifiquen y se multipliquen. Génesis 1:28
Puede quedar alguna duda acerca de que Dios creó como únicos miembros diferentes de la especie humana al hombre y la mujer? Puede quedar alguna duda que el hombre y la mujer tienen la misión de procrear?
Por tanto las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, contradicen abiertamente lo dispuesto por Dios en cuanto a su propósito de procrear.
Además la Biblia considera que son ilícitas. Pablo en su Carta a los Romanos lo deja rotundamente aclarado: Romanos 1:26-27. Judas, el medio hermano de Jesús, en su Epístola lo ratifica: Judas 1:7.
Existen más precisiones contundentes en la Biblia con relación a este tema. Pero con espíritu de síntesis podríamos decir que quedan dos temas con relación a los homosexuales.
Uno, es el rechazo total de Dios al pecado.
El otro, el Amor de Dios por los pecadores.
Debemos entender que si no existe ánimo de contricción no habrá Perdón ni habrá Amor. Por tanto nos encontramos frente a una situación inequívoca: Si un ladrón no se arrepiente de su pecado, nunca será perdonado por sus robos.
Por tanto debemos amar a quienes se encuentran en situación de pecado y ayudarlos, como hicieron con cada uno de nosotros. Pero para que el Perdón sea posible, tendrá que haber arrepentimiento.
Esta es nuestra misión: Advertir del pecado, hablar de la esperanza y ayudar a quienes tengan quieran tomar una decisión de Salvación. El perdón no es cosa de hombres, es cosa de Dios.
No permitamos que el impacto que puedan producir determinadas noticias, nos aparte de lo que Dios ha establecido para los hombres y las mujeres. Es nuestra misión y nos será reclamada.
Ud. que opina?

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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