SÉPTIMO MILENIO: LA MUÑECA HUMANA

 

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Casi siempre buscamos las grandes señales antes del fin de las que habló Jesús a sus discípulos. Las grandes señales están destacadas en los anuncios que les hizo a sus seguidores más cercanos.
Todas esas señales también trasuntan que habrá otras no menos significativas, pero más propia de los hombres que están sin rumbo y sin dirección sobre la Tierra.
Esas son las personas que se han negado a escuchar su mensaje de Salvación y viven según sus propios designios y según su propio arbitrio.
Uno de estos casos que son significativos desde la perspectiva del fin de los tiempos, es el de una mujer en Estados Unidos que desea parecerse a una famosa muñeca.
Para ello modeló dramáticamente su cuerpo mediante intervenciones quirúrgicas. Pero a pesar de eso no se mostró conforme con los resultados logrados por los médicos que la operaron.
Dio un nuevo paso, tremendo desde la perspectiva del amor y la misericordia que tenemos que tener por las personas, cualquiera sea su condición.
Esta mujer para terminar la obra emprendida para parecerse en todos los aspectos a la muñeca famosa, decidió acudir a la hipnosis para tratar de obtener un resultado, tan triste como asombroso.
Mediante el sistema de ser hipnotizada esta mujer pretende que se le dismininuya su… coeficiente intelectual. Resulta extremadamente fácil caer en el tópico de rubio y además…
No podemos menos que asombrarnos y entristecernos por advertir como en estos tiempos que tienen mucho de similar con los del fin, haya personas que caigan en extremos tan tremendos como este caso.
Si tratar de parecerse a una muñeca, es por demás extravagante y sin sentido, apelar al recurso de la hipnosis para disminuir su inteligencia, es poco menos que increíble.
Ni la más indulgente de las sonrisas puede disminuir la gravedad de lo que representa la vida de esta mujer. Sobre todo porque no sería nada extraño que haya quienes deseen emularla o superarla en un logro semejante.
Si de por sí parecerse a una muñeca es un despropósito, que podremos decir de su deseo de eliminar parte de su inteligencia. Aunque ella no lo sepa es otra forma de desafiar a su Creador.
Oremos por Sabiduría para entender que estos tiempos, no son otra cosa que el principio de dolores.

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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