AGUAS VIVAS

DEVOCIONAL

Todas las veces que miro como corren las aguas de un río, viene a mi memoria la enseñanza de Jesús sobre las aguas vivas…las únicas que verdaderamente sacian la sed.

Pensando en eso también llego a la conclusión de lo necesario que resulta, que siempre tengamos en cuenta de no levantar obstáculos para que las aguas fluyan.

Si las dejamos libres son Aguas de Vida, pero si nos empeñamos en estancarlas, se convierten en aguas que tienden a perder sus propiedades y se vuelven sucias hasta llegar a la podredumbre.

Seamos sabios y mantengamos libres las Aguas del Espíritu, porque ellas nos darán Vida y también podrán fluir para que la reciba nuestro Prójimo.

Solamente así nos renovaremos cada día, como se renuevan constantemente las aguas que corren por el Río portentoso del Señor.

Jeremías 17:13
¡Oh Jehová, esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.

Diego Acosta / Neide Ferreira

ABORTO LEGITIMADO

 

ANTIVIRUS

En Francia se ha legalizado plenamente el aborto al incorporarlo al marco constitucional. Hubo festejos de algunos sectores de la población.

Y también preocupación porque el derecho a la vida, sigue siendo un principio fundamental que en este caso, podría entrar en crisis.

Espiritualmente hablando es necesario recordar que Dios es quién concede la Vida, con su aliento vital, desde la concepción y Dios es quién la quita.

Las decisiones humanas pueden ser de bendición si respetan las normas del Creador, pero pueden tener graves consecuencias si son ignoradas.

El Derecho a la Vida, es fundamental, en el orden establecido por el Todopoderoso y respetarlo y defenderlo, es un compromiso vital y perpetuo.

Diego Acosta

LA HUMANA CORRUPCIÓN

ANTIVIRUS

Cada tanto la cuestión de la corrupción acapara los primeros niveles de las informaciones, provocando reacciones más o menos condenatorias.

Infelizmente esa grave problemática, es uno de los resultados de la falta de temor ante Dios, porque el hombre carece de los límites que ordenarían  su conducta.

Debemos comprender que la corrupción no es privativa de un país, sino que enloda a todas las naciones, porque allí donde haya más de un hombre habrá riesgo de esta lacra.

Debemos recordar que para que haya un corrupto, indefectiblemente tendrá que haber un corruptor porque por la naturaleza del problema, siempre es por lo menos cosa de dos.

Como nos recuerda la Palabra de Dios, el que esté en lo alto, cuidese de no caer. Y en este caso, debemos cuidarnos de no caer al lodo contagioso de la corrupción.

Diego Acosta