YO, YO, YO…

CADA UNO

DEVOCIONAL

Todos o casi todos estamos tremendamente ocupados y preocupados por esa persona tan importante, que no es otra que nosotros mismos.

Casa cosa que nos sucede es motivo de nuestra máxima atención y de esta forma cultivamos esa peligrosa plantita que se convierte en un gigantesco árbol, que se llama egoísmo.

Que produce frutos que nadie más conoce, aparte de nosotros mismos, porque estamos centrados en que crezca junto con nuestra vida.

Así nos volvemos indiferentes, intransigentes con relación a las personas que nos rodean, sin pensar ni en un momento de la enseñanza de Jesús sobre el Prójimo.

Nunca nos atrevimos a pensar, que siendo Dios quién se ocupa y preocupa por nuestra vida, por qué no descansamos y comenzamos a preocuparnos por las personas que nos rodean?

Si yo fuera capaz de obrar de esta manera, comenzará a secarse el árbol llamado egoísmo y comenzará a crecer otro en su lugar, que deberemos llamar Amor. Y crecerá mucho más, si volcamos el Amor que recibimos por Gracia, en el Prójimo.

Proverbios 14:21

Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.

Diego Acosta /  Neide Ferreira

EL EGOÍSMO SE HA CONVERTIDO EN UNA VIRTUD EN NUESTRA SOCIEDAD

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BLOG

Esta rotunda afirmación ha sido expresada por un cantante de fama mundial: Charles Aznavour.

A sus 92 años compromete su prestigio y notoriedad para formular un cargo que afecta a la sociedad que lo tiene por uno de sus grandes.

Es importante reflexionar sobre la cuestión.

Coincidimos totalmente con el enunciado del cantante porque sintetiza una forma de comportamiento, que cada vez parece extenderse más.

El egoísmo es la forma superlativa de la exaltación del hombre, en esa formulación que hemos dado en llamar humanismo.

Razón por la que resulte inaceptable que se pueda argumentar que existe un humanismo-cristiano. El humanismo exalta al hombre por sí mismo y por tanto es absolutamente contrario a lo predicado por Jesús.

De allí que resulte altamente significativo que haya alguien que se haya atrevido a destacar que hemos convertido al egoísmo en una virtud social.

Una aberración propia de nuestro tiempo y que nos debe llamar a pensar en lo que hacemos de nuestra vida y lo que hacemos por la vida de los demás.

Eso es lo que Jesús vino a predicar: Amar al prójimo como a uno mismo!

Diego Acosta

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