ESCUDRIÑAR…ESCUDRIÑAR

Este Mandato debemos recordarlo no solo todos los días de nuestra vida, sino también a cada momento de nuestra existencia.

Puede resultar excesivamente dramático este reclamo a cumplir con el Mandato bíblico, pero hoy más que nunca estamos expuestos a ser engañados por las personas o las situaciones más insospechadas.

Así se lo expresaba a un joven matrimonio, que me comentaron que habían salido desorientados del culto dominical y no sabían que hacer.

Sin ánimo de criticar y mucho menos de juzgar, la sugerencia a modo de consejo que les dejé, fue la de que escudriñaran y contrastaran lo escuchado con la Palabra de Dios.

Esta es la prueba irrefutable acerca de si hemos escuchado algo cierto o algo tergiversado por una mala interpretación humana.

Solamente procediendo de esta manera nos evitaremos horas angustiosas, al no saber como obrar frente a determinadas expresiones que podemos haber leído o escuchado.

Cumplamos con rigor el Mandato de ESCUDRIÑAR!

Eclesiastés 12:9

Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al

pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar,

y compuso muchos proverbios.

Eclesiastes 12:9

E, quanto mais sábio foi o Pregador,

tanto mais sabedoria ao povo ensinou;

e atentou, e esquadrinhou, e compôs muitos provérbios.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio

CONTRADICCIÓN

No es ningún hecho nuevo comprobar cómo somos capaces de aceptar lo que se dice o lo que se escribe, sin poner el menor reparo.

Algunas veces esto ocurre porque nos ha llamado la atención el formato del mensaje, la forma de expresarlo o el estilo de redactarlo.

En cualquier caso lo importante es que lo aceptamos y lo damos por bueno, sin entrar en otras valoraciones y sin siquiera reflexionar sobre la cuestión esencial.

Entonces somos capaces de repetir los argumentos, de defenderlos y hasta de debatir por ellos, obrando con una ingenuidad impropia de nuestra edad o de nuestros conocimientos.

Por qué obramos así?

Porque somos capaces de admitir ideas disfrazadas de una cierta intelectualidad o de una cierta profundidad que nos atrapa y seduce.

Frente a esto, también somos capaces de cuestionar los fundamentos de la Palabra de Dios, entrando en análisis que no hicimos ante un mensaje atractivo.

Lo que antes dimos por bueno con una alta dosis de frivolidad, ahora lo estudiamos y somos capaces de llegar a cuestionar o negar la evidencia de la existencia del propio Eterno.

De esta manera hay quienes aceptan una simple teoría como la de la evolución de Darwin, no probada e incomprobable y no reconocen la Verdad de la Biblia.

Creemos las cosas más absurdas siempre que nos seduzcan y negamos lo que es fundamental, como la Creación.

De esa contradicción se vale el mundo para hacernos llegar mensajes engañosos, pero hábilmente presentados, para desviarnos por atajos errados.

La Biblia nos manda escudriñar todo!

Aún aquello que nos parezca importante, seductor o complaciente con nuestros gustos o deseos!

Eclesiastés 12:9

ES – Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.

PT –  E, quanto mais sábio foi o Pregador, tanto mais sabedoria ao povo ensinou; e atentou, e esquadrinhou, e compôs muitos provérbios.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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