Contaba un amigo que había sido un insumiso, comenzando con la relación con sus padres y su familia, luego en su trabajo y finalmente en todos los órdenes de la vida.

El mismo llegó a la conclusión que la insumisión no le había reportado ningún beneficio y que por el contrario había sido una pésima alternativa como decisión.

Por qué somos insumisos? Por qué obedient2nos cuesta tanto aceptar que se nos den órdenes? En qué radica la incapacidad para vivir de acuerdo a las normas que están establecidas?

Muchas veces la insumisión se confunde con la transgresión, que algunos supuestos personajes han vendido como una forma de distinguirse del resto de la sociedad.

Pero tanto los insumisos como los transgresores tienen un mismo propósito: Desconocer la autoridad, plantear que pueden vivir como les parece mejor y por todo eso lograr reconocimiento y hasta la envidia de muchas personas.

En realidad hay un principio fundamental desde la perspectiva del mundo, que difícilmente entenderán quienes se encuentren en esta situación: Quién no sabe obedecer nunca sabrá mandar y si lo hace será un déspota.

En lo espiritual la aceptación de la autoridad Soberana del Eterno, nos permite vivir bajo la Gracia de la obediencia y bajo el cuidado amoroso de quién nos ha creado.

Lucas 1:38
Diego Acosta García

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