TOLERANCIA

Hay palabras que tienen una especial influencia en la vida de muchas personas, porque las encuentran apropiadas para distintas situaciones y porque suponen mensajes agradables.

Una de esas palabras es la tolerancia…que casi siempre se reclama para armonizar la convivencia o para hacerla más placentera y evitar las discusiones y los enfrentamientos.

Podríamos decir que la tolerancia en términos generales es una palabra lo suficientemente amplia como para ser aplicable a distintas circunstancias, desde las conductas humanas hasta la libertad hacia determinadas prácticas religiosas.

Resulta altamente significativo que ni la palabra genérica ni la palabra que alude a la condición de tolerante, se encuentran en la Biblia, en la edición Reina Valera de 1960, que es la utilizamos habitualmente.

Los argumentos a favor de la tolerancia son más que notorios, pero, alguna vez pensamos en cuáles son los suponen un riesgo para la vida de quienes nos llamamos creyentes?

Es fácilmente comprobable lo que ocurre en cualquier congregación y aún con nosotros mismos, cuando aceptamos la tolerancia como una forma de relacionarnos, como una forma de consentir comportamientos inaceptables.

Nos convertimos en tolerantes ante situaciones personales, en la que no cabe la tolerancia sino la amonestación, como mínimo. En ese proceso podemos llegar a ser tolerantes con el pecado. Con los propios y los ajenos.

Tengamos cuidado con la tolerancia. No estamos proclamando lo opuesto: la intolerancia. Estamos advirtiendo que de tanto consentir, podemos llegar a ser tolerantes con aquellas cosas que nos apartarán de Dios.

Salmos 25:11
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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