En estos tiempos en el que existen portentosos medios de comunicación es bueno recordar que nada sustituirá al maravilloso método de enseñar a nuestros hijos la Palabra de Dios, día tras día.
Es bueno que entendamos que todos los avances que están a nuestro alcance, se han desarrollado porque Dios derramó inteligencia sobre sus creadores.
Por tanto todas las formas de comunicación son válidas desde que las ha aceptado el Señor para este tiempo y para que puedan ser utilizadas por sus hijos para extender el Reino y llevar el Mensaje del Evangelio.
De nuestra conciencia depende que hagamos buen uso o mal uso de las tecnologías y de nuestra responsabilidad también depende que enseñemos a nuestros hijos a utilizarlas correctamente.
También es importante que entendamos que en medio de esta impresionante posibilidad de comunicarnos que tenemos los humanos de este tiempo, siempre podemos sacar enseñanzas.
Una de ellas es la grandiosa comprobación de cómo el Pueblo de Dios mantuvo firme su creencia y su identidad a través de la más sencilla y a la vez más perfecta forma de comunicación.
Nos referimos a las enseñanzas que los padres dieron a sus hijos a través de miles de años de luchas, persecuciones y en medio de graves amenazas. Practiquemos con nuestros hijos ese método maravilloso!
Deuteronomio 6:4
Diego Acosta García