CLAMAR POR EL HERMANO

Las personas que continuamente estamos pidiendo oración por los hermanos que son perseguidos en distintas partes del mundo, algunas veces dudamos.

El origen de esta actitud es que nos planteamos lo que otros se puedan imaginar con relación a esta forma reiterada de clamar por quienes están pasando situaciones dramáticas.

La duda en definitiva se origina, en lo que pensarán otros hermanos de los que siempre pedimos oración por quienes no disfrutan de las mismas comodidades que nosotros.

Pero nos avergonzamos de esta forma de obrar, porque es evidente que aunque seamos los únicos que lo hagamos, es necesario orar por quienes en tierras lejanas viven angustiosamente.

En cierta forma estos pedidos de oración se originan en el convencimiento de que al cumplirse la Palabra de Dios, todos sufriremos persecuciones, hostigamientos a causa de nuestra fe.

Esta reflexión sobre los pedidos de oración a otros hermanos y para otros hermanos, en realidad los debemos hacer cada uno de nosotros y tan importante como eso, participar de ellos.

No nos podemos quedar en la actitud contemplativa o lastimera frente a los sufrimientos de hombres y mujeres que son atacados por mantener su fe en Jesús, en las más adversas circunstancias.

Salmos 72:12
Diego Acosta García

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