Un escritor ha actualizado, seguramente sin desearlo, el Mandato de Jesús, de que tengamos cuidado para no ser engañados.
El motivo no es otro, que el de comparar el amor que podemos sentir hacia Dios, con el amor que se puede considerar está inspirado por Cupido.
Recordamos quién es Cupido?
Era uno de los dioses de la mitología romana, se le atribuía ser hijo de la diosa Venus y de Marte, el dios de la guerra.
No cabe ninguna duda que todas las opiniones deben ser respetadas, pero tampoco podemos dudar en poner de manifiesto la total discrepancia con estas afirmaciones que pueden engañar o confundir.
La advertencia de Jesús tiene mucho que ver con esta afirmación, que relaciona el deseo amoroso, con el amor que debemos profesar al Eterno.
No dejarnos engañar está estrechamente ligado a otro Mandato bíblico, que establece que escudriñemos todo, absolutamente todo.
Solamente así evitaremos ser víctimas de las fantasías que pueden resultar muy atractivas, pero que con peligrosas trampas para los hombres y mujeres de fe.
Mateo 24:4
Respondiendo Jesús,
les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Mateus 24:4
E Jesus, respondendo,
disse-lhes: Acautelai-vos, que ninguém vos engane.
Diego Acosta / Neide Ferreira