LA OTRA HISTORIA
Durante muchos años los hombres se permitieron poner en duda el contenido de la Biblia, con el argumento de que era necesario confirmar las afirmaciones del Texto.
Con el paso de los años, hoy la Palabra de Dios, ha servido para que los científicos pudieran realizar investigaciones sobre la base de lo revelado. De dudar, los hombres pasaron a creer y a utilizar la ilimitada fortaleza de la Biblia, para descubrir el patrimonio oculto a los hombres.
Parte de ese patrimonio fue desentrañado con el hallazgo de la llamada Piedra Moabita o la Estella de Mesha, en tierras de la antigua Moab en el territorio del actual reino de Jordania.
La piedra fue partida en trozos por la avaricia y necedad del embajador turco que se lo permitió a los árabes, para de esta manera lograr más dinero con su venta.
La Estella fue encontrada en 1868 por un misionero y fue datada en torno al año 835 a.C. y su valor es de excepcional importancia, por cuanto aporta datos históricos entre otros sobre el rey moabita Mesha y también sobre el rey israelita Omri.
La reconstrucción de la Piedra original se ha logrado en un porcentaje que se resume en 669 caracteres encontrados sobre los 1.100 originales. Un nuevo estudio ha revelado el nombre del rey Balac, sobre el que la Biblia destaca su condición de encarnizado enemigo de Israel.
Estas referencias se pueden leer en la Palabra de Dios en los Libros de Números, Josué, Miqueas y Apocalipsis. Quién dude de la Biblia, está dudando además de las evidencias históricas, una forma de erudita necedad.
Diego Acosta