Eran las 21.15 aproximadamente cuando el centro de la capital alemana era conmovido primero por los gritos y luego por el terrible colorido que solamente las llamas pueden provocar.
El Reichstag símbolo de la soberanía de la ciudadanía se estaba incendiando literalmente por los cuatro costados. A 80 años del episodio todavía no hay concreciones sobre la autoría del hecho.
Un comunista que arrestado en el lugar de los hechos fue imputado como autor y luego ejecutado. Pero nadie seriamente puede afirmar que haya sido el responsable.
El incendio fue aprovechado por Hitler y sus seguidores para imponer el estado de excepción, iniciando el proceso que desembocaría en la Segunda Guerra Mundial, el horror del Holocausto y la posterior caída del nazismo.
El incendio del Reichstag puede ser visto a ocho décadas de haber ocurrido, como un símbolo de la intolerancia y de la utilización de las circunstancias para propósitos que solamente desde la historia se pueden rescatar.
Press SM – Diego Acosta García – Corresponsal Berlín