APRENDER

 

Hace un tiempo nos tocó vivir una difícil situación personal que estaba relacionada con nuestro servicio, que provocó una profunda decepción por lo inesperada y por las características que tuvo.

Fue la típica situación en la que generalmente además de amargarnos y de declarar que no entendemos nada de lo que está pasando, podíamos  responsabilizar a Dios de todo.

En otras palabras: la misma o parecida situación por la que lamentablemente muchas personas se han apartado de Dios, de su Iglesia, como si fueran responsables de lo que nos ocurre.esperar1

En esas circunstancias tan difíciles pudimos advertir la obra del Espíritu, dándonos la serenidad suficiente como para entender que lo que había sucedido era cosa de hombres.

Sin acusaciones, sin levantar juicios y sin arrepentirnos de haber servido y sobre todo, entendiendo que en todas las situaciones, tanto las buenas como las otras está la Voluntad Soberana del Eterno.

Fue así como pudimos dar gracias por lo que había sucedido sabiendo que detrás de todas las cosas está el Eterno y que no nos concierne aunque nos afecte, conocer cuáles son sus propósitos.

Debemos recordar en toda circunstancia, que el Único que puede transformar lo malo en bueno es el Eterno y por tanto todos nuestros actos deben estar confiadamente sujetos a su Voluntad.

Lamentaciones 3:25
Diego Acosta García

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