AFLIGIDOS

La Biblia menciona con frecuencia a quienes están afligidos por diversas circunstancias, muchas de ellas originadas por las actitudes de quienes nos rodean.

Son tantas las formas de aflicción que es posible que cada uno de nosotros pueda recordar en qué momento se sintió afligido y por qué razones tuvo esa vivencia en el afflicted2corazón.

La aflicción en el mundo nos puede llevar a la amargura, que es la forma más profunda de una serie de estados que parecieran tener una cierta graduación.

Por eso corremos el riesgo de desesperarnos porque advertimos que las circunstancias están logrando que nuestra capacidad de defensa disminuya y nos enfrentemos a problemas o situaciones mayores que nuestras fuerzas.

Todo cambia si hemos aceptado al Señor como nuestro Salvador. Él mismo dijo que en la vida tendríamos aflicciones, pero también nos aseguró que Él será el consuelo.

En la hora de la aflicción no nos rebelemos contra nuestro Defensor ni contra el Padre, en la hora de la aflicción seamos más humildes que nunca y pidamos la ayuda que necesitamos.

Quién esté afligido debe transformar esa situación en otra forma de acercarse aún más al Señor, para recibir su Amor y su Misericordia y también su ayuda para transformar el lamento en baile.

Romanos 8:18
Diego Acosta García

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