Cada vez resulta más sorprendente observar como reaccionamos en Occidente, frente a la barbarie criminal de los islamistas.
En estas horas han decapitado los miembros del estado islamista a un hombre, cuyo único pecado fue haber nacido en un país occidental.
La retórica de las reclamaciones es tan ambigua, como las expresiones de los islamistas en Occidente, cuando hablan de condenar estos episodios.
La sociedad occidental y cada país en especial, deberían reclamar formalmente de los dirigentes de las organizaciones islamistas, pronunciamientos categóricos y formales rechazando estos brutales asesinatos.
Las expresiones de que los musulmanes moderados no comparten los crímenes, no dejan de ser expresiones fáciles de decir y sin ninguna trascendencia en lo práctico.
Occidente debe reclamar con energía a los supuestamente moderados musulmanes que viven en sus países pronunciamientos escritos suscritos por las entidades que supuestamente los representan.
Mientras algunos países están actuando contra el estado islámico en defensa de las poblaciones inermes, es necesario acompañar esos hechos con acciones contundentes de parte de la sociedad civil.
Las atrocidades denunciadas contra la población civil de la ciudad de Kobani, no pueden ser contempladas como hechos de guerra. Matar, mutilar, violar, no pueden ser considerados hechos militares.
Los dirigentes del llamado estado islámico deben ser responsabilizados de sus brutales acciones, como crímenes de lesa humanidad.
Caso contrario la ingenuidad occidental, bien podría ser interpretada como… cobardía occidental.
Diego Acosta