ACEITE

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Seguramente para muchos es familiar el pasaje de la viuda que le comenta a Eliseo su problema: Sus acreedores tienen el propósito de llevarle a sus hijos para que sean siervos.

Una situación dramática que no sería la única ni la última en tiempos en los que las deudas se saldaban, incluso dando en pago a los propios hijos.

La propiedad que tenía la viuda era una vasija de aceite, entonces el profeta le dijo que buscara más vasijas y que luego se encerrara en su casa y las llenara.

Es notable como la Biblia nos muestra la actitud de la viuda que sin ninguna pregunta ni sin ninguna duda comienza a hacer lo que se le ha encomendado.

Y lo hace en su casa, cerrando la puerta, porque Eliseo sabiendo que se trataba de una deuda privada, sabía que el milagro se produciría también de manera reservada.

Más notable todavía es que lo que ocurrió a continuación en la casa, no tuvo por protagonista a Eliseo que se marchó para dejar a la mujer y sus dos hijos cumplir con la milagrosa tarea.

Este episodio nos debe hacer reflexionar acerca de situaciones que evidentemente son privadas y que tendrán soluciones privadas.

Así es como obra el Todopoderoso!

Puede utilizar a alguien como instrumento para realizar el milagro, como fue el caso de Eliseo, pero debemos tener la convicción que todo está en Sus manos.

En la hora de la angustia confiemos como la viuda, que al vender el aceite que había recibido milagrosamente, dispuso de dinero para pagar sus deudas y para vivir con sus hijos.

2 Reyes 4:1-7

Diego Acosta / Neide Ferreira

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