DEVOCIONAL
Desde una de las ventanas de mi casa, casi todos los días puedo ver ardillas, que se mueven presurosas en busca de comida e incluso juegan provocando mi deleite.
Ayer, mientras las miraba pensé: Le dedico yo tanto tiempo a la Biblia, como le estoy dedicando a estos pequeños seres de la Creación?
Probablemente sí, pero lo que me resultó grave es que leyendo la Palabra, no tengo la sensación de deleite que me produce mirar las veloces maniobras de estos animalitos.
Me pregunto: Qué tiene de malo deleitarse con las ardillas y no deleitarse con el Texto?
En realidad nada, pero lo que ocurre es que así como nos deleitamos con la Creación en movimiento, del mismo modo deberíamos deleitarnos con la infinita profundidad de lo que el Eterno nos revela cada día.
Aunque el deleite sea agresivo y también duro para con mi vida, porque no todo puede ser placentero como contemplar ardillas. Hay un tiempo para cada cosa! La cuestión es no perder de vista que es lo primero y lo más importante!
Deuteronomio 17:19
Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida,
para que aprenda a temer a Jehová su Dios,
para guardar todas las palabras de esta ley
y estos estatutos, para ponerlos por obra.
Deuteronômio 17:19
E o terá consigo e nele lerá todos os dias da sua vida,
para que aprenda a temer ao Senhor, seu Deus,
para guardar todas as palavras desta lei
e estes estatutos, para fazê-los.
Diego Acosta / Neide Ferreira