DEVOCIONAL
En el día que mi padre hubiera cumplido más de ciento diez años, evoqué momentos de su vida, algunos desdibujados por el paso del tiempo.
En esos recuerdos no hubo ni tristeza ni añoranza, solamente en pensar en sus gestos y sobre todo en algunas de sus enseñanzas en forma de consejo.
Él no fue un hombre ejemplar ni tampoco virtuoso, pero tenía una sencilla manera de explicar algunos conceptos que guiaron mi vida de adolescente primero y de adulto después.
No fueron muchas las cosas de las que me acordé en su aniversario, pero sí aquellas qué fueron perdurables a través de los años y que siguen teniendo vigencia.
Razones porque también se las transmití a mis hijos, aludiendo siempre a su abuelo y poniendo de manifiesto la importancia que habían tenido para mí.
Es notable el legado de los buenos consejos…No tienen valor dinerario, pero sí tienen la importancia de la gran enseñanza de respetar siempre al Prójimo.
Levítico 19:17
No aborrecerás a tu hermano en tu corazón;
razonarás con tu prójimo,
para que no participes de su pecado.
Diego Acosta / Neide Ferreira