CADA DÍA

Es natural entre los humanos que hagamos planes de forma constante, tratando de influir sobre lo que nos pueda ocurrir, ya sea en el trabajo, en la vida sentimental o también en la Iglesia donde congregamos.

Es evidente que tenemos una gran capacidad para imaginar situaciones, para elaborar planes que nos tengan como los grandes protagonistas de hechos importantes.

En esto invertimos gran parte de nuestro tiempo, de nuestros talentos y también de nuestras ilusiones, pensando que podremos provocar aquello por lo que estamos empeñados.confiar

Lo grave y lo triste es que en la mayoría de los casos nos estrellamos contra la dura realidad que es bien distinta de lo que nos imaginamos y a veces más cruel de lo que podríamos llegar a pensar.

¿Por qué nos ocurre esto? ¿Qué es lo que estamos haciendo mal, cuando repetimos los intentos una y otra vez? Puede que estemos olvidando lo fundamental.

La Palabra de Dios nos enseña que debemos de vivir cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, tratando de poner todo nuestro entusiasmo y nuestras capacidades para cumplir lo que debemos hacer.

No está en nuestras manos corregir el pasado o anticipar el futuro. Por tanto seamos fieles a nuestra responsabilidad de cada día dejando en manos del Eterno lo que vendrá, que siempre será lo mejor para nosotros.

Mateo 6:34
Diego Acosta García

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