DEVOCIONAL
Tanto en la alegría como en la aflicción, nuestro ánimo sufre peligrosos movimientos que nos llevan desde sentirnos poderosos hasta hundirnos en la depresión.
Por qué nos comportamos de esta manera?
Creemos que por falta de confianza en el Todopoderoso, porque ignoramos tanto en un caso como en el otro, que ÉL sabe qué cosas somos capaces de soportar.
Si nos sentimos hombres especiales o si nos angustiamos hasta casi lo infinito, sencillamente es porque está fallando nuestra percepción de quién es realmente Dios.
Nunca podríamos creernos seres superiores, si tuviéramos la verdadera perspectiva de quién nos ha Creado. Del mismo modo tampoco deberíamos hundirnos por el dolor.
Cuando afirmamos que Dios Sabe la medida de nuestra capacidad tanto para la alegría como para el sufrimiento, tenemos plena conciencia de su Poder.
ÉL nos ha prometido que nunca tendremos más de lo que podamos soportar. Entonces por qué reaccionamos perdiendo la calma?
Diego Acosta / Neide Ferreira