Estar dispuestos siempre a aceptar las decisiones del Altísimo, revela el nivel de obediencia que mantenemos hacia ÉL.
David, fue el hombre que sacó a Israel a la guerra y el que las volvió de ellas, pero Jehová le había asignado una nueva misión.
Ya no era la guerra, ni comenzarla ni terminarla, sino absolutamente todo lo contrario. Ahora debía apacentar al pueblo de Israel.
Asumiendo este notable ejemplo de aceptación al mandato del Eterno, cada día debemos estar dispuestos a cambios radicales.
Aunque esos cambios nos hagan actuar de una forma diferente a como lo veníamos haciendo y a como había sido nuestra vida anterior.
Hoy, también acepto el cambio que Dios me propone, sabiendo que no solo es su Voluntad Soberana, sino también lo mejor para mi vida y la de quienes me rodean.
1 Crônicas 11:1-2
Então, todo o Israel se ajuntou a Davi em Hebrom, dizendo: Eis que somos teus ossos e tua carne.
E também já dantes, sendo Saul ainda rei, eras tu o que fazias sair e entrar a Israel; também o Senhor, teu Deus, te disse: Tu apascentarás o meu povo de Israel e tu serás chefe sobre o meu povo de Israel.
1 Crónicas 11:1-2
Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros somos tu hueso y tu carne.
También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo.
Diego Acosta / Neide Ferreira