CARTA DE BERLÍN: JOVEN LIBÉRATE

Hola.
Los hermanos de la Juventud Cristiana Latinoamericana, publicaron jovenhace algunos días una foto que tiene un contenido que deja amplio margen para la reflexión.
El texto dice: Joven, estás harto de los sermones de tus padres y de tu familia?? Libérate. Consigue un empleo, paga tu renta y tus propias cuentas, paga tu Universidad. Usa tu propio transporte, prepara tu propia comida y lava tu ropa. No pierdas testa oportunidad. ¡El momento es ahora¡
Probablemente este texto provoque reacciones encontradas. Pero siendo así, resultará interesante que no deje a nadie indiferente. Esto tiene mucho que ver con el pasado más o menos reciente.
Alrededor de los 60 del siglo pasado se gestó una generación que dio a sus hijos pautas de vida relacionadas con la guerra y la paz, el consumo de drogas y también con el derecho a obtener lo que querían.
Esta crudeza en la explicación tiene el único propósito de llamar a las cosas por su nombre. De aquellos jóvenes supuestamente progresistas y modernos, nacieron hijos que hoy son jóvenes y adultos.
Pareciera que es a ellos a los que está dirigido el mensaje del comienzo: Si te sientes oprimidos por tus padres por darte casa, comida, coche, moto, estudios, dinero y la satisfacción de todos tus gustos: Libérate.
Trabaja y con tu dinero asume todos lo que tus padres opresores te han dado a lo largo de tantos años. Incluso así podrás tener una familia que mantener e hijos a quienes darle lo mismo que te dieron tus padres.
Este mensaje puede resultar provocador o demasiado explícito, pero nadie puede negar que tiene sus destinatarios, tanto sean padres como hijos. Unos por haberlos criados de una determinada manera y los otros, por aprovecharse de ella.
Esta forma de vida esencialmente se opone a las enseñanzas del Señor, porque los padres no son honrados por sus hijos y porque los hijos no han sido bien educados por sus padres.
Reflexionemos sobre estas cuestiones porque siempre se está a tiempo de cambiar el rumbo y siempre es necesario vivir según nos manda la Biblia.
Gracias y bendiciones!

Diego Acosta García

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