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En estas horas se ha confirmado que Silvio Berlusconi ha sido condenado a siete años de prisión y a la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos.
El Tribunal que lo juzgó consideró probado que el ex primer ministro de Italia cometió los delitos de incitación a la prostitución de menores de edad y además de abuso de poder, para tratar de ocultar ese delito.
Resulta sorprendente que a un personaje de esta importancia, finalmente la justicia de su país lo condene. Sorprendente porque durante muchos años se especuló que no habría sentencias en firme contra este hombre que además de político, es un magnate de la televisión.
Para los hombres y mujeres que debemos afrontar la cruda realidad cotidiana de trabajar para tratar de vivir dignamente, resulta reconfortante saber que a pesar del tiempo transcurrido, la justicia de los hombres finalmente llega.
Podríamos decir que quizás no llega en todos los casos, pero en muchos alcanza a personajes como Berlusconi, que desde su posición económica y política, parece inmune a las leyes que afectan a los demás ciudadanos.
Nadie debe alegrarse por la desgracia de nadie. Pero no es menos cierto que ante noticias como esta se siente una cierta tranquilidad al saber que por lo menos en algunos casos, somos todos iguales ante la ley de los hombres.
Pero queda un comentario por hacer. Quienes creemos en Dios sabemos que todo lo que hacemos los hombres es imperfecto. Incluyendo desde luego a la justicia. Y también sabemos que la Justicia del Señor nos alcanzará a TODOS. Que nadie se librará de sus responsabilidades por lo que haya hecho, aunque en su tiempo la justicia ignorara sus delitos.
La Justicia de Dios es Perfecta y nadie podrá eludirla. Por eso Berlusconi debe saber que por las causas por las que fue condenado, tiene una sentencia pendiente. Sería bueno hablar de este tema, sobre todo con nuestros jóvenes, para que sigan creyendo. No en los hombres sino en el Señor.
Saludos y bendiciones.
Diego Acosta García
