INCREDULIDAD

Hay quienes se tornan incrédulos con el paso del tiempo y por haber vivido distintas situaciones, que los van alejando de toda forma de certezas basadas en la fe.

Ese alejamiento produce también otra situación no menos grave: Y es que un incrédulo poco a poco comienza a creer en sus propias convicciones y se torna en un creyente de sí mismo.

Ante la supuesta falta de respuestas de la fe, comienza a elaborar en su interior su propia mirrorfe, sus propios códigos y sus propios fundamentos, por lo que se convierte en su propio espejo de virtudes.

Es importante reflexionar acerca de este  cuadro realista de la vida, porque contrariamente a lo que podamos suponer, quienes viven en esta situación o parecida, son más de los que creemos.

Quizás haya personas que tras el espíritu de crítica, escondan su incredulidad. O al cuestionar las enseñanzas, o las iniciativas o los proyectos.

Siempre habrá cosas mejores que hacer y siempre habrá formulaciones mejores para valorar. Ese es el camino que generalmente sigue el incrédulo.

Debemos estar atentos para detectar todo principio de incredulidad en nuestra propia vida, para que no nos convirtamos en adoradores de nosotros mismos.

Por muy malas que hayan sido las experiencias que nos haya tocado vivir, debemos recordar que somos hombres y vivimos entre hombres y que Dios está por encima de nuestras debilidades y miserias. Y es el Único que nos puede rescatar!

Romanos 11:23
Diego Acosta García

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