CARTA DE BERLÍN: Marihuana

droga
La cantante Rihanna  en su gira europea continúa promoviendo su actividad profesional a base a escándalos. El último de ellos lo protagonizó en Amsterdam, donde se fotografió fumando dos gigantescos porros de marihuana.
Al margen de promocionar su gira con escándalos, lo que resulta grave es que una persona notoria haga exaltación pública del consumo de drogas. Demasiado daño causaron otros famosos promoviendo el consumo de drogas, diciendo que no solamente que no eran nocivas para la salud, sino que ayudaban a conservarla y mejorarla.
Desgraciadamente miles de personas en todo el mundo pueden afirmar lo contrario, desde el infierno personal a donde cayeron a causa del consumo de estupefacientes o del alcohol.
La exaltación gratuita del consumo de drogas debería ser repudiada por la sociedad, porque es una manera de enviar mensajes a quienes todavía no tienen la formación suficiente como para discernir qué es lo bueno y qué es lo malo.
Tal vez sea necesario hacer una revisión de lo que hablamos y enseñamos a nuestros jóvenes, para advertirles con rotunda claridad que las drogas provocan daños irreversibles en el cerebro de las personas. Qué no se es mejor ni más moderno, ni más progre, ni más superado, por fumar, sea lo que sea.
Ocurre que seguramente esta clase de mensajes no sea atrayente o afecte las relaciones con los jóvenes. Pero para simplificar el argumento podríamos decir que siempre será mejor ser antipático o poco atractivo con los jóvenes y decirles la verdad sobre las drogas.
Esta también es una de las grandes responsabilidades de nuestras Iglesias y de quienes nos llamamos hijos de Dios. Aunque una mujer notoria como Rihanna pueda decir con sus gestos lo contrario.
Reflexionemos y comentemos esta cuestión. El futuro de nuestros hijos está en juego, aunque parezca una exageración.

Saludos y bendiciones.
Diego Acosta García

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