CARTA DE BERLÍN. RELACIONES…

Hola.

ani4Los países dictan normas que son las que rigen la vida de la sociedad para garantizar los derechos y naturalmente para castigar a quienes se apartan de su cumplimiento.
Los legisladores elegidos democráticamente en Occidente son quienes tienen la responsabilidad de dictar normas que sean equilibradas, justas y sobre todo que respondan al pensamiento imperante en cada país.
Una de las normas más controvertidas es la edad en que el consentimiento para mantener relaciones sexuales, una cuestión de fundamental importancia desde el punto de vista de la justicia. En estos días este tema se ha actualizado en algunos estados europeos.
Hasta una determinada edad mantener relaciones sexuales puede ser un delito o puede ser un hecho consentido. De allí la importancia de la legislación que se resuelva en el Parlamento.
Sin embargo estas normas válidas para los países democráticos de Occidente no son iguales en los países en donde las sociedades viven de acuerdo a las normas teocráticas, como ocurre en los estados musulmanes.
Mientras que en Occidente hay normas para garantizar los derechos de las personas, de las mujeres y los niños, esos derechos no rigen en los países musulmanes o en otros países con religiones diferentes.
Aclaradas estas cuestiones, volvemos al tema principal: El consentimiento para tener relaciones sexuales. Resulta evidente que sobre este asunto es fundamental tener en cuenta lo que Dios estableció.ani3
Para decirlo de otra manera, enfocamos desde la perspectiva espiritual algo que tiene altas motivaciones físicas, materiales. La edad del consentimiento para las relaciones sexuales, queda determinada por la edad que tengan los contrayentes en el matrimonio.
Debemos recordar que el casamiento no es solo una norma que legaliza la unión entre un hombre y una mujer. Es en realidad el prototipo de la unión que se concretará cuando el Reino sea establecido, entre la iglesia y el Señor.
Por tanto lejos de ser una mera formalidad que debemos de cumplir, se trata de algo de la máxima trascendencia. Oremos para que recibamos Sabiduría de lo Alto para entender y aceptar que las normas de los hombres, no rigen ni tienen validez para las decisiones de quienes nos llamamos hijos de Dios.
Gracias y bendiciones!

Diego Acosta García

www.septimomilenio.com

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