EL ABUELO SALOMÓN
Cuando nos ocurren cosas importantes en la vida, lo primero que hacemos es atribuirlo a la casualidad. Por asombrosas que sean y por inexplicables que resulten los razonamientos.
Muchas veces cuando afronto estas situaciones pienso que la casualidad no puede ser una explicación suficiente… para tantas casualidades.
Mi abuela en su sencilla visión de la vida decía: No sé que es, pero no lo entiendo…Y ahí terminaban sus preocupaciones, porque su sentido práctico de las cosas la hacía abandonar todo aquello que escapara de sus manos.
A veces suelo caer en la tentación de obrar de la misma manera, pero me parece que tratando de profundizar o de entender la cuestión, tampoco vale como explicación.
En el fondo siempre me queda la duda de por qué ocurren determinadas cosas, en momentos exactos y en circunstancias perfectas?
Tal vez haya que pensar que no existen las casualidades…?
Diego Acosta