ÍDOLOS

Si se nos preguntara la mayoría de nosotros diríamos que no tenemos ídolos, que estamos ajenos a esa práctica que está prohibida expresamente por el Eterno.

Y probablemente tengamos razón en decir que no nos hacemos ídolos, aunque si entramos en los detalles veremos cómo esta percepción de la realidad puede cambiar.

Dios nos demanda que no adoremos a nadie que no sea Él y en ese plano es probable que estemos obrando de acuerdo a su mandato, pero es necesario que penidolatrysemos como son nuestros hechos cotidianos.

La idolatría asume múltiples formas y la más peligrosa de todas es cuando comienza a ocupar un lugar en nuestra forma de obrar y en nuestra forma de comportarnos.

No es necesario que tengamos ídolos físicos en nuestra casa para que seamos idólatras. Basta con lo que pensamos, con lo que deseamos.

Por esta razón no debería sorprendernos si descubrimos que idolatramos un coche, una casa, un reloj o vestidos, un cuerpo, sin contar cargos ni funciones ni la notoriedad o el éxito.

La carencia de representaciones físicas de ídolos no hace menos grave su presencia. Cuidémonos de los ídolos de este tiempo, porque pueden ser iguales que los del pasado. Y las consecuencias serán siempre las mismas.

Salmos 106:36
Diego Acosta García

RESTAURAR

Según como haya sido nuestra vida a veces tratamos de ocultarnos para que quienes nos rodean no puedan advertir en la situación en la que nos encontramos.

Esa vergüenza es producto de nuestros hechos equivocados y que consideramos que aún cuando hayan sido perdonados, siguen pesando sobre nuestra historia.restaurar

Le damos mucho más valor al juicio de los hombres que al perdón que el Señor ha proclamado, cuando nos arrepentimos y clamamos por su Misericordia.

Por eso es que escondemos una parte de la realidad, por eso es que tratamos de que algo de nuestra vida no se conozca, ignorando deliberadamente que todo saldrá a la luz.

Es necesario que recordemos que cuando fuimos perdonados de nuestros pecados, también todos los hechos de nuestro pasado fueron apartados de la memoria del Eterno.

Si no somos capaces de entender este principio espiritual difícilmente podremos seguir adelante en nuestra vida, sin tropezar continuamente en ese miedo por el que dirán.

La restauración que trae el perdón nos debe hacer olvidar a nosotros también de aquella parte de nuestra historia de la que nos sentimos avergonzados. Caso contrario seguiremos bajo el juicio de los hombres.

Job 33:26
Diego Acosta García

EL PLAN

Alguna vez pensamos en la posibilidad que alguno de nuestros planes hubiera salido adelante? Pensamos en las consecuencias que podría haber tenido para nuestras vidas?

A veces nos obstinamos en concretar proyectos que una y otra vez tienen obstáculos, que una y otra vez encuentran oposiciones a veces inauditas o a veces fortuitas.decide2

Pero a pesar de esas advertencias perseveramos con una determinación que está en el límite de lo insensato, pues consideramos como un desafío personal que nuestro plan pueda concretarse.

Ni por un momento advertimos que cuando se presentan tantos problemas los deberíamos interpretar como señales de que por lo menos, deberíamos estudiar qué es lo que está ocurriendo.

En lo personal si algunas veces hubiera seguido este análisis, me podría haber evitado las consecuencias que siempre se generan cuando uno antepone la sinrazón a la sensatez.

Si esta cuestión la contrastamos con la vida espiritual, fácilmente comprobaremos que la obstinación no es más que un síntoma de nuestra arrogancia y de nuestra vanidad.

Oremos por nuestros planes para que el Eterno disponga sobre si son buenos o si los debemos descartar, porque en esa obediencia libre de orgullo, radica uno de los principios más importantes para nuestra vida.

Proverbios 16:33
Diego Acosta García

ENSEÑAR

Jesús en su ministerio terrenal dedicó mucho tiempo a enseñar en distintas circunstancias y de múltiples maneras. Esto revela la importancia que tiene transmitir conocimientos para formar discípulos.

Lo que con mucha vanidad se menciona en nuestros días como formación de formadores, no es otra cosa que las enseñanzas que el Maestro brindó a los doce hombres que eligió para que estuvieran a su lado.enseñar4

La misión de enseñar es tan trascendente que debemos dedicar a ella nuestro mejor tiempo, porque solamente así podremos cumplir con el mandato de la Gran Comisión.

Quién podría enseñar a otros, si antes no ha aprendido? Este principio tan básico es el que Jesús nos ha revelado y nos ha mostrado en la práctica la importancia que tiene.

Por tanto debemos dedicar el mejor tiempo posible a aprender, para que luego podamos dedicar también el mejor tiempo posible a enseñar a quienes nos seguirán en la gran tarea de discipular.

Saber valorar nuestra forma de vivir nos dará el tiempo que posiblemente creamos que nos falta para aprender y el tiempo que luego dedicaremos a enseñar.

Será el Espíritu nuestro gran ayudador tanto para aprender como para enseñar, porque es como lo anunció Jesús y porque es la realidad que tenemos que asumir como sus seguidores.

Juan 14:26
Diego Acosta García

IMPOSIBLE

Una frase que escuchamos frecuentemente es: Eso es imposible! Y de verdad que hay muchas cosas que son imposibles para cualquier ser humano.

También escuchamos como coloquialmente se asegura, que ni siquiera Dios es capaz de solucionar una determinada solución. Esta frase responde a una forma muy peligrosa de grande2hablar y refleja nuestra forma de pensar.

La especie humana tiene sus limitaciones a partir del episodio de Adán y Eva, puesto que desde entonces perdimos todo lo que el Creador había dado a sus joyas.

Pero, por qué los hombres siguen diciendo que hay cosas imposibles aún para Dios? Estamos convencidos de que es solo porque medimos su grandeza desde la perspectiva de nuestra pequeñez.

El imposible para nosotros, lo trasladamos a quién ha Creado todo lo que conocemos y todo lo que desconocemos, aún más allá de nuestra limitada imaginación.

Por tanto debemos desterrar de nuestra mente el concepto de las limitaciones del Señor, para advertir que desde nuestra debilidad y nuestra ignorancia, solamente a Él podemos recurrir.

Es bueno que en la hora difícil que nos toque vivir, recordemos que la promesa del Eterno de acompañarnos para siempre, está vigente porque solamente Él la puede cumplir, porque es el Dios de lo imposible.

Lucas 1:37
Diego Acosta García

PAUSA

Leyendo el Salmo 88 pensamos que es necesario que dediquemos un tiempo a la reflexión, que es oportuna una pausa para analizar lo que se nos enseña en la Biblia.

El tema de la muerte pareciera ser que es una cuestión sobre la que inexorablemente tendremos que hablar, pero que nos interesa bastante poco hacerlo.

Sin embargo es preciso recordar que elpausa salmista clama a Dios porque se encuentra desvalido en un trance muy cercano a su final y se pregunta si ha sido abandonado por el Creador.

Cuántas veces habremos estado en situaciones parecidas y pensando cosas por el estilo? No necesariamente porque hubiéramos estado al borde de la muerte, pero sí en situaciones cercanas a la sensación de abandono total.

Sentirse lejos de Dios y abandonado por Él podría ser el resultado de una vida sujeta a las debilidades humanas y de allí la aflicción y las penurias que debemos soportar.

Hacer una pausa y reflexionar sobre todo esto, no es caer ni en el desánimo ni en la tristeza, es buscar un encuentro con el Eterno para clamar por su Misericordia.

El salmista dice que está afligido y menesteroso y también nosotros podríamos decir lo mismo. Pero en la pausa que hagamos, podremos restaurar nuestra relación y empezar un nuevo tiempo con el Señor.

Salmos 88:12-13
Diego Acosta García

EL TIEMPO

Una persona se asombraba por el ritmo de vértigo que tiene el tiempo, pasando tan de prisa que casi no nos permite ni siquiera pensar en lo que ocurre en la sucesión de los días.

Deberíamos recordar que desde el momento en que nacemos, simbólicamente se pone en marcha un reloj que avanza hacia una hora final que no sabemos cuándo se producirá.

Este reloj debería ser el recordatorio de lo que hacemos con nuestro tiempo, que probablemente sea el mayor patrimonio qtimes4ue tenemos a lo largo de todos nuestros años.

Cuando llegue el final no podremos llevar ni riqueza ni tampoco pobreza, por lo que lo único importante que habremos hecho será como utilizamos nuestra vida.

Por eso el tiempo debe ser administrado con la mayordomía más severa para que cuando llegue el Juicio, podamos responder acerca de lo que hicimos con él.

Siempre nos impresionó que alguien dijera que cuando decimos que “estamos pasando el tiempo” no estamos haciendo otra cosa que suicidarnos por algunos minutos.

No nos asombremos por el paso de los segundos, las horas y los días. Ante lo inexorable de esa cuenta atrás, vivamos como nos enseñó Jesús y tendremos la recompensa prometida.

Salmos 34:1
Diego Acosta García

LA COMPARACIÓN

Pocas cosas resultan más desastrosas para los seres humanos que la actitud de compararnos, simplemente porque lo hacemos con otros hombres y otras mujeres.

En esto se resume la cruel torpeza en la que caemos continuamente a lo largo de nuestra vida. Somos iguales ante Dios pero somos diferentes en cuanto a Sus propósitos.

Si recordáramos esta cuestión mejoraría mucho nuestra actitud personal con relación a quienes nos rodean y principalmente, con relación a nosotros mismos.

Ningún hombre puede ser modelo de otro hombre, en el mejor de los casos puede seenvious1r una referencia, pero nunca un modelo para seguir. La razón es siempre la misma: Si somos diferentes por naturaleza, no nos podemos comparar.

Nuestro único modelo es Jesús, es nuestra única referencia en todos los aspectos que forman nuestra condición de seres humanos: Tanto en lo material como en lo espiritual.

Perseverar en la comparación nos llevará a la envidia, que nunca es sana como torpemente se suele afirmar, sino todo lo contrario, es destructora y aniquiladora de nuestras propias virtudes.

Debemos obrar con rigor y  confrontar con la Palabra de Dios quienes somos, sabiendo que para cada uno de nosotros hay un propósito, que es único e imposible de comparar con ningún otro.

Isaías 40:25-26
Diego Acosta García

SIMPATÍA

Por aquello de la empatía, un pastor decidió que en lugar de predicar él cedería su lugar a otra persona con la que tenía una estrecha relación de amistad.

Esta decisión le provocó inquietud porque advertía que era arbitraria y no se correspondía con el orden natural con el que debía obrar.

Cuando llegó el día de la predicación no había nadie más preocupado ni más interesado que el pastor  por conocer el mensaje que traería a lmensaje1a congregación a quién había designado.

Como ocurre tantas veces el predicador buscó de convertirse en más importante que el mensaje, demostrando una alta dosis de vanidad personal.

Incluso llegó a incurrir en una problemática interpretación de un pasaje sobre la vida de Pablo, que estaba alejada de lo que la propia Palabra de Dios nos revela.

Finalmente tras el mensaje el pastor con doloridas palabras enmendó el error y humildemente pidió perdón a la congregación, por el mensaje y por su decisión equivocada.

Resulta evidente que cuando forzamos una situación para satisfacer nuestras necesidades o a los afectos personales, podemos cometer graves errores. No nos apartemos de lo que sabemos que Dios ha establecido.

Eclesiastés 7:25
Diego Acosta García

OBEDIENCIA

La Biblia nos revela como los hombres hemos olvidado los mandatos recibidos y hemos obrado como si no los hubiéramos escuchado y por eso endurecimos la cerviz.

Pareciera que la voluntad de no escuchar ni de oír tiene el propósito de no sufrir corrección ninguna por la desobediencia, olvidando que el Eterno nunca permitirá que la transgresión  no sea castigada.

Si la historia bíblica nos repite una y otra vez esta secuencia de ignorancia, incumplimiento, desobediencia y finalmente el castigo, es asombroso como los hombres no hemos aprendido la lección.

Alguna vez escuchamos que esas situaciones se habían dado en el pasado e incluso de que muchos de los mandamientos también eran para el pasado, como si hubieranpensando2 sido derogados.

Pero ni fueron derogados y lo que es peor, tampoco hemos aprendido nada de estas lecciones que tienen el valor de estar contenidas en los textos que contienen la Palabra de Dios.

Si aceptamos que estamos viviendo horas trascendentales relacionadas con el fin de los siglos, es tiempo que reflexionemos en lo personal y en lo colectivo, acerca de nuestros comportamientos.

Nos estamos acercando al tiempo en el que ya no habrá más oportunidades para el arrepentimiento y por tanto tampoco habrá oportunidades para el perdón.

Jeremías 17:22-23
Diego Acosta García