CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO
NO ES FÁCIL
Cuando digo que creo en Jesucristo, amo a Dios, sirvo a Dios, soy discípulo de Jesucristo, estoy diciendo:
Me arrepiento de mis pecados, no aborrezco a mi hermano, no soy vengativa, perdono las ofensas, pongo la otra mejilla, no sabe mi mano derecha lo que hace mi izquierda, no vivo esperando ser reconocido, aceptado o entendido, no seré egoísta, no soy avariciosa, no soy envidioso, no juzgo a mi hermano, no busco riquezas, lo que tengo es del Señor, no me justifico. Podría seguir pues la lista de los deberes como hijos de Dios es amplia. Solo con poner nuestros ojos en Jesús y después mirarnos a nosotros mismos ya tenemos una gran tarea. Si me quiero parecer a Él no debo fijarme en nadie más que en Él.
No es fácil, es necesario vivir mirándonos en Él, mejor no nos comparemos con nadie, ni nos justifiquemos con lo que hacen otros. La invitación es parecernos a Él, imitarle a Él, servirle a Él, seguirle a Él, poner los pies en sus pisadas, caernos y levantarnos, poner nuestros ojos en la meta y no parar. Él prometió estar conmigo todos los días, es una compañía real, Él no camina con cualquiera y yo no quiero ser uno cualquiera, me proclamo hija del Rey de Reyes, hija del Creador de los cielos y la tierra, por tanto no puedo deshonrarle. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
NO ES FÁCIL, por eso dice la Palabra que: Muchos son los llamados y pocos los escogidos. Mt 22:14
Lourdes Diaz – España