En estos tiempos en los que buscamos ser amables y agradables con todo el mundo, bueno sería recordar como hablaba Jesús.
En su Ministerio Terrenal, ÉL siempre fue contundente, radical, aún cuando usaba las parábolas, siempre sus expresiones fueron ROTUNDAS.
Nosotros en cambio, antes de llevar cualquier mensaje, pensamos a quienes va a molestar, quienes se pueden sentir ofendidos o si es oportuno que la congregación escuche palabras muy duras.
Nunca o casi nunca somos fieles a la Palabra que debe traer el Espíritu Santo. Nuestra fidelidad está dirigida cuidar nuestros mezquinos intereses personales.
Estos pensamientos vienen a mí, cada vez que escucho o leo un mensaje, donde resulta evidente que se trata de una palabra con un gran trasfondo humano y con nada o casi nada de inspiración del Espíritu.
Es evidente que cada uno debe hacerse responsable de sus hechos y de sus dichos. Pero también es evidente que cada congregación debe demandar con orden y misericordia, palabras fieles a Dios y no a los hombres.
Marcos 7:6
ES – Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.
PT – E ele, respondendo, disse-lhes: Bem profetizou Isaías acerca de vós, hipócritas, como está escrito: Este povo honra-me com os lábios, mas o seu coração está longe de mim.
Diego Acosta / Neide Ferreira