El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad.
Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba.
Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria.
Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.
Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;
sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.
Entonces de su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura.
Y la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN.
Esta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin.
TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.
PERES: Tu reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas.
Entonces mandó Belsasar vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino.
La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos.
Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años. Deuteronomio 18:31
Lourdes Diaz