COSTUMBRE

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Alguien dijo que cuando una mentira se repite mucho, termina por convertirse en verdad.

Una brutal exhibición de cinismo, que sin embargo, a la luz de la historia, se ha terminado por convertir en algo cierto.

Lamentablemente no es solo con las mentiras, que nos acostumbramos!

También nos acostumbramos a escuchar o leer el esposo de un hombre o la esposa de una mujer!

Y sobre estas cuestiones es que estamos doblemente advertidos!

Dios estableció el matrimonio entre un hombre y una mujer!

A perpetuidad!

Todas las otras formas que la sociedad se permite están sujetas al Juicio del Eterno!

Debemos de ser plenamente conscientes que si los legisladores se permiten violar las normas del Supremo, son tan responsables como quienes las practican.

No hay excusas ni justificaciones!

Estas reflexiones han venido a mi mente, cuando he leído en un mismo día noticias relacionadas con hombres que dicen tener un marido y mujeres que dicen tener una esposa.

Esta más que peligrosa repetición, nos puede llevar a aceptar algo, inaceptable. Cuestiones sobre las que ni siquiera se puede debatir.

Son principios que solo demandan cumplimiento y no admiten ni alternativas ni mucho menos opiniones.

Es tan grave la cuestión, que como padres, como abuelos, como mayores de los jóvenes, tenemos la obligación inexcusable de advertir sobre la gravedad de esas situaciones.

No se trata de pensar si nos parece bien o si nos parece mal!

Las decisiones de Dios deben ser aceptadas o caso contrario, nos oponemos a ellas con todas sus consecuencias.

Precisamente en eso consiste vivir en bendición o bajo la maldición!

Romanos 12:2

Diego Acosta / Neide Ferreira

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