CRISIS

Esta palabra intimidatoria nos afecta tanto en lo personal como en lo colectivo, porque tiene la capacidad de actuar en forma directa en nuestras emociones.

Cuando hablamos de crisis se produce un estado de alerta en nuestro interior que nos conduce a replegarnos en nosotros mimos y a asumir actitudes defensivas.

Cuando pronunciamos la palabra crisis se nos vienen a la memoria situaciones del pasado que nos resultaron muy difíciles y que nos dejaron huellas profundas.

Pero por qué tememos a la crisis? Nos hemos preguntado si con las crisis vienen las grandes oportunidades? No fue ante la crisis de perder a Jesús su  Maestro que reaccionaron los discípulos?

Si estamos en crisis no huyamos, tratemos de determinar su origen y analizarla con precisión, porque debemos obrar con sabiduría y no dejarnos sorprender por el temor.

Una crisis representa una oportunidad de crecer, de corregir errores, de hacer un nuevo planteamiento para nuestra vida, de dejar que Dios obre con su Poder.

Todos sabemos que tendremos que pasar por el valle de lágrimas y todos sabemos que al final viene la Victoria. Confiemos en las promesas del Señor y no permitamos que una crisis nos aparte del buen Camino.

Podrá ser muy grande la crisis personal y podrá ser muy grande la crisis que afecte a un país, pero el Poder de Dios siempre será mayor para ayudarnos a superarla!

Proverbios 14:26
Diego Acosta García

Deja una respuesta