DESUSO

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Puede que utilizar la palabra desuso, para referirse a las personas mayores provoque más de una reacción contraria.

Como casi siempre, importa más lo anecdótico que lo sustancial. Molesta más el uso de una palabra que el trato que reciben muchos ancianos.

Es exactamente lo mismo que ocurre cuando se muestran imágenes de un aborto. Hay quienes se preocupan más por la crudeza de ver un cuerpito sin vida, que por el hecho de habérsela quitado.

La Palabra de Dios nos advierte severamente a propósito de la consideración que debemos a nuestros mayores. Más específicamente a los ancianos.

Resulta sorprendente la frivolidad con las que algunas personas se comportan frente a quienes están en el ocaso de sus vidas.

Son despreciadas, hechas a menos, simplemente porque tienen muchos años y porque ya no pueden valerse como cuando eran jóvenes.

Este cruel comportamiento no solo es reprobable desde la visión de la sociedad organizada, sino también porque se desestiman los valores que los ancianos pueden transmitir, debido a su experiencia.

Puede resultar sorprendente pero hay quienes se comportan como si sus años llenos del impulso vital de la juventud, fueran a prolongarse indefinidamente sin menguar nunca.

La vida es un ciclo vital que comprende determinados años, según lo que Dios haya establecido para cada persona.

Pero sí podemos estar seguros que cuando vamos llegando al final de la natural existencia, el respeto debido es deseable como comportamiento racional e inexcusable como mandamiento.

Tengamos cuidado cuando enviemos a los ancianos a las vías del desuso… Puede ocurrir que también sea nuestro propio final.

Levítico 19:32

Diego Acosta / Neide Ferreira

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