Para algunos, uno de los recuerdos más imborrables de su niñez lo constituye el día en que su padre le anunció que plantarían un árbol en el patio de la casa familiar.
Puede parecer una historia demasiado sencilla pero está llena del Amor de Dios!
Con sumo cuidado, decidieron además colocarle una guía para que creciera derecho sin ninguna clase de desviaciones. Los años pasaron y aquella pequeña forma de árbol se convirtió en un alto y tupido refugio para muchísimos pájaros.
Cuando uno de los hermanos comentó que se iba a casar el padre convocó a toda la familia para reunirse bajo el árbol. La nuera que se incorporaba a la familia advertía que todo lo que se relacionaba con el árbol era muy especial.
El padre le explicó: Mira, cuando tu futuro esposo era un niño decidimos plantar un árbol en la casa. Primero lo cuidamos con mucho esmero y después fue él que nos cuidó a nosotros del calor y de las tormentas.
Por esta razón cuando nos alegramos de que la familia empieza a crecer, es bueno que nos reunamos en este lugar bajo su cobijo. Porque es como si nos pudiéramos bajo la sombra de nuestro Creador.
Porque así como el árbol nos guarda de las inclemencias, así nos guarda el Señor todos los días de nuestra vida. Bajo este árbol lloré la pérdida de mi padre y te damos la bienvenida como una nueva hija. Así de grande es la Misericordia de Dios!
1 Pedro 5:7
Diego Acosta
Música Neide Ferreira