DEVOCIONAL
Estudiar la Biblia es un Mandato que debemos de cumplir cada día, porque nos aproxima a la Majestad del Dios de Israel.
Sin embargo más de una vez he leído y he vuelto a leer un determinado texto y me produce una sensación de desconcierto muy grande no poder entender lo que está ante mis ojos.
Por qué ocurre esto?
Es que la Palabra de Dios es confusa?
Como tengo claro que no es confusa, entonces me pregunto que es lo que estoy haciendo mal. Y en su Misericordia el Altísimo siempre termina mostrando donde está mi error.
Sorprendentemente se produce cuando quiero ir más allá del Texto y sumergirne en teorías o interpretaciones, que se alejan por completo de lo que fué inspirado.
Me cuesta entender que nuestra lectura debe ser directa, sin buscar segundas intenciones, porque no las hay. NO hay intenciones de ocultar nada, sino por el contrario, revelarlo todo. Solo que cuando leo debo orar para que sea el Espíritu el que me guíe.
No mi pequeña mente humana, tan lejana de la Grandeza del Eterno!
Eclesiastés 12:13
El fin de todo el discurso oído es este:
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;
porque esto es el todo del hombre.
Eclesiastes 12:13
De tudo o que se tem ouvido, o fim é:
Teme a Deus e guarda os seus mandamentos;
porque este é o dever de todo homem.
Diego Acosta / Neide Ferreira