Una de las herramientas predilectas del enemigo de nuestra fe es jugar con nuestros criterios sobre determinados asuntos, como es el de buscar en forma permanente el momento oportuno
El momento oportuno es una trampa tan sutil como perversa porque nos lleva a esperar, a esperar en cualquier circunstancia en la que tengamos que adoptar una decisión.
Lo grave es que la espera a la que nos sometemos, no está relacionada con el mensaje de sabiduría que podamos recibir a través de personas que nos puedan guiar por el buen Camino.
La espera que nos parece adecuada es la espera que se origina en tratar de reconocer las señales de que por fin, el momento oportuno ha llegado a nuestra vida.
Este engañoso planteamiento nos puede llevar a la frustración, a la desesperanza y a la amargura, porque hemos perdido tiempo y esfuerzos con la vana fantasía de un tiempo específico que no existe.
La hora de las decisiones debe llegar a nuestra vida cuando recibamos la guía del Señor para obrar según su Soberana Voluntad y entonces y solo entonces podremos tener la plena seguridad de que estaremos haciendo lo correcto en el momento adecuado.
El momento adecuado no es el momento oportuno, es el momento de Dios!
Miqueas 7:7
Diego Acosta García