ESTUDIO BÍBLICO
Mateo 6:12.
12Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Jesús enseñó a sus discípulos que oraran al Padre por el perdón de sus pecados de esta manera, que de la manera que ellos perdonaban fueran también perdonados.
Colosenses 3:12-13.
12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
El apóstol Pablo habla a la iglesia en Colosas y les dice que si alguno tiene queja con su hermano debe perdonarlo. Si hemos sido perdonados por el Señor como no perdonaremos nosotros a los demás.
Mateo 18:32-35.
32Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
El Señor terminó la parábola del siervo inmisericorde enseñando que si no perdonamos a los demás, el perdón de Dios en nosotros no podrá ser efectivo.
1ª Corintios 6:7.
7Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 8Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.
Pr. Ramón Ubillos