La confrontación de Juan con quienes venían a bautizarse en el río Jordan, alcanzó profundas implicancias espirituales.
MATEO 3:8 Luego de mencionar los frutos de arrepentimiento y también sobre la legitimidad de llamarse hijos de Abraham, Juan el Bautista planteó otra cuestión.
Habló de que Dios, podía levantar hijos del Patriarca, aún de las piedras que bordeaban el Jordán. Con lo que estaba afirmando que el Eterno con su poder podía convertir en corazones duros como de piedras, en corazones de creyentes.
Nuevamente estaba haciendo referencia al Antiguo Testamento, al que los judíos debían de conocer sobradamente. Ezequiel 11:19 Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.
También fue una referencia a otro texto del profeta Ezequiel, que encontramos en su Libro en el capítulo 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Las referencias eran concretas e irrebatibles, para quienes fueron llamados generación de víboras. También debemos entender que Dios tiene Autoridad como para levantar hijos de Abraham aún de objetos inanimados, como las piedras.
Esto lo podemos sustentar en la Carta a los Gálatas, en donde Pablo hace referencia a los gentiles que creyeron en Jesús y lo menciona en el capítulo 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
Resulta evidente que Juan el Bautista se estaba anticipando a las disputas que mantendría Jesús con sus principales opositores encabezados por los fariseos, los saduceos, los escribas y los principales sacerdotes de Jerusalén.
Diego Acosta