HOLOCAUSTO DE ARAMEOS CRISTIANOS

 

LA OTRA HISTORIA

Todos los días 15 de Junio la minoría aramea en Israel y en todo el  mundo, conmemora el Sayfo, el genocidio perpetrado por el imperio otomano hace más de un siglo.

La conmemoración es muy similar a la del Día del Holocausto del pueblo judío. La recordación evoca la muerte de miles de arameos que fueron asesinados por el imperio turco.

Es significativo que este exterminio coincidió en el tiempo y en los métodos empleados, y también por las mismas razones que con los armenios.

La limpieza étnica fue iniciada por los turcos en 1895 y se aceleró al estallar la Primera Guerra Mundial, con la pretensión de eliminar las poblaciones cristianas.

En ese exterminio fueron muertos armenios, griegos pónticos y los maronitas que residían en el Líbano. Los arameos son los descendientes de Aram, hijo de Sem y nieto de Noé.

Este pueblo se declara descendientes de Abraham, Rikvá, Lea y Raquel entre otros y todos los nombrados en la Biblia e identificados con esta etnia.

Habitaban en el sudeste de Turquía y en la región de Tadmor, que ahora se conoce como Palmira en Siria. Desde las primeras épocas abrazaron el cristianismo, ya que el propio Jesús hablaba arameo.

Pedro, que era de Galilea, fundo la Iglesia de Antioquía y desde entonces se llama cristianos a los seguidores del Hijo de Dios.  El arameo es usado coloquialmente y también en la liturgia.

Israel ha reconocido como nacionalidad a la minoría aramea y a través de la Asociación Cristiana Aramea, ha permitido la creación de una escuela.

En Israel viven entre 15 mil y 20 mil arameos, e incluso miembros de la minoría étnica pasaron a formar parte de las Fuerzas de Defensa del Estado de Israel.

Diego Acosta

Fuente: Jerusalén Post – Israel

VOLVER A CASA

DEVOCIONAL

La indescriptible alegría que produce volver a casa, me hizo pensar en otra forma de alegría, distinta a la que estamos habituados.

Volver a casa, significa volver al lugar donde nos sentimos cobijados, un lugar que no tiene relación con el lujo o con la estética, pero que lo siento cálidamente mío.

Y siguiendo con este pensamiento, hago Memoria que ya no pertenezco a un determinado sitio, sino que soy en verdad ciudadano del Reino.

Y que esa alegría que he tenido al volver a mi casa, no es otra cosa que una especie de anticipo, de lo que será morar en el Reino al lado del Padre y de Jesús.

Solamente así se conciben determinadas alegrías en el corazón, que son maravillosas por lo que representan, pero que son más hermosas si las consideramos desde la perspectiva que somos hijos de Dios.

Doy gracias por esta alegría! Doy gracias por esta certeza!

Mateo 8:11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente,
y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob
en el reino de los cielos.

Diego Acosta / Neide Ferreira